Desde Salto Inicial compartimos un nuevo “Salto Literario”, esta vez dedicado a la “generación dorada”, la selección Argentina más importante de la historia.
Cómo les explico las sensaciones encontradas que siento en este momento. Cómo les explico esta mezcla de tristeza y felicidad.
Cómo les explico que lloro de tristeza al ver a Manu saliendo del rectángulo de juego con la camiseta Argentina, sabiendo que nada volverá a ser igual. Cómo les explico que al mismo tiempo lloro de emoción, porque como muchos, me siento un privilegiado de ser contemporáneo de la mejor selección de la historia, no sólo de la pelota naranja.
Cómo les explico el incontenible dolor que siento al verlo a él, a Chapu, rendirse por completo por no poder ganarle al tiempo, y saber que el corazón de esta gran familia dejará de latir.
Cómo te explico a vos, Lancha, ejemplo viviente de superación y esperanza, sinónimo de humildad y talento para salir adelante, cuando muchos en tu lugar hubiéramos levantado bandera blanca hace un largo tiempo.
Qué les puedo decir de Luifa, nuestro abanderado, el gen argentino hecho persona, el jugador que todos nosotros, los que nacimos sin ningún talento deportivo, nos hubiera gustado ser.
Cómo te explico que veo a Campazzo y entiendo que ya dejó de ser el petiso atrevido de Peñarol, para convertirse en uno de los nuevos referentes argentinos, que los centímetros de altura que le faltan, dios se los compensó con la fuerza sagrada masculina que vive en la entrepierna.
Cómo les explico la envidia sana que siento hacia Montesano, el periodista de TyC Sports, que lo tuvo a Manu frente a frente tras su última función y no se contuvo para darle el segundo “abrazo del alma”, el más puro, el que todos queríamos darle en ese momento y no pudimos.
Cómo les explico que nos regalaron una función más a cambio de nada, y no nos quedó otra que pararnos y rompernos las manos aplaudiéndolos y quebrar nuestras gargantas al ritmo de canciones futboleras.
Cómo les explico que quisiera congelar cada momento vivido, que por estas horas sigo alimentando mi nostalgia viendo videos en YouTube. Una sobredosis de emociones. Todas esas que ellos nos brindaron durante quince años de manera ininterrumpida.
Cómo les explico que pasarán las horas, los minutos, los segundos. Qué pasarán los días, las semanas, los meses y muchos años, y seguiré sin encontrar consuelo. Cómo les explico que nada volverá a ser igual para los que amamos este deporte. Cómo les explico que no nos alcanzará la vida para agradecerles.
Lo que siento en este momento lo podría seguir describiendo en algunos párrafos más, pero de nada serviría si primero no les explico la pasión del básquetbol que, lamentablemente, es inexplicable.
Hugo Videla
@Hugovidela1
