Mencionar el nombre y apellido de Gustavo Giménez en el ambiente del básquet de Mendoza te hace palpitar el corazón. Un buen tipo. Buena gente. No cabe otra presentación. Más allá de sus cualidades basquetbolísticas que son extraordinarias, «Gustavo» supo brillar en Sayanca, en el Mercado multicampeón de los inicios de la década del 90, Talleres y también la descosió literalmente en el mundo del maxibasquet mendocino, entre otros.
Hoy, su talento no pasa por lo que puede hacer con la naranja en sus manos. Todo lo contrario. Está luchando por su vida. Juega su partido más importante. Y vaya si le pone corazón, esfuerzo y entusiasmo. Más de cuatro años a puro tratamiento oncológico y el tipo con un amor propio responde siempre. No se cae. No se rinde. Y no lo hará nunca. Pedirá un minuto cada tanto. Es lógico. ¿Quién no se cansó en un partido de básquet? ¿Quién no frenó un racha positiva del rival, pidiendo esos 60 segundos para recuperar oxígeno, recibir un reto y encarar el juego de otra manera?.
Tras el primer año de pinchazos, drogas, etc, se dio el gusto de volver a jugar con sus amigos. Admiración absoluta. ¡Se puso de nuevo las zapatillas, los cortos, la camiseta de la Bancaria y saltó parquet. Definción: Ejemplo de vida y superación constante.
La está peleando. Y es consciente. Cada día que se despierta es un juego decisivo. Y como sucedía adentro de la cancha, nunca le tembló la muñeca. Las pelotas calientes siempre pasaron por sus manos. Hace tres meses que está en pleno proceso de un nuevo tratamiento. Como si fuera una temporada de la NBA. Campeonato muy extenso. Habrán días buenos y otros no tanto. Triunfos y derrotas. Goleadas y cachetazos. Este pasaje es así. Después vendrán los cruces de play offs. Para eso nos estamos preparando. Digo nos, porque Gustavo no está sólo. Su familia tiene un guerrero y su lucha contagia. También están sus amigos y en especial: el ambiente del básquet. Ese es el tesoro máximo que te brinda esta disciplina: AMIGOS. Podrás cortar cientos de redes, colgarte miles de medallas y copar un mural con recortes de diarios. Pero, si tus verdaderos amigos son los del club, los del básquet… ganaste el campeonato más importante de toda vida.
Y en esa materia, Gustavo es campeón mundial, olímpico y colecciona anillos de la NBA por doquier. Un tipo frontal. Honesto. Incondicional. Solidario y respetuoso. Siempre estuvo al servicio de sus amigos, demostrando que es un luchador nato. Y el básquet, le enseñó que no hay rivales imposibles y que hasta la chicharra final no reviente, el partido no ha terminado. Y el plus que tenemos en este momento, es que el DT siempre lo deja en cancha a Gustavo. Un plus para todos nosotros, porque con él en cancha, las cosas son más fáciles. Créeme que es así. Te simplifica todo.
Nuestro amigo pelea con todas las fuerzas. Repito, es un ejemplo. Lucha, transpira, se acalambra, se contractura, pero el corazón le late cada vez más fuerte. Quiere salir y va a salir. El básquet es un equipo en conjunto y así se logran los objetivos. Y lo vamos a lograr.
No estás solo! Sos un tipo de fierro, ejemplo para todos, adentro y afuera de la cancha. ¡Fuerza Gustavo!
UN ARMA PARA EL GUERRERO
Como es una batalla en donde estamos todos involucrados, te dejamos los grupos que Gustavo necesita y la forma para donar que es a través de https://darturnos.com/ una vez registrado ir a Hospital Español en donde va a poder elegir el día y hora de la donación.