
Es momento de hablar del básquetbol de Mendoza y que palabra más autorizada que la de Carolina Sánchez, para hacer un análisis exhaustivo. Segunda parte de la entrevista.
–Es complicado entender por qué no sos bien reconocida en la provincia…
– Si, uno no se siente profeta en su tierra, a mí me gustan las cosas claras desde el principio y creo que eso ha hecho que se me vea mal en muchos clubes y se me critique. Nunca salí a decir por qué me iba de tal lugar para no entrar en una guerra.
-¿Pero qué pasaba en los clubes de Mendoza?
-Me ponían muchas trabas para lo que quería hacer, entonces surgió la idea con Gabriela Herrera de armar la productora (Dos 14) para hacer las cosas que a mí me gustaban, que lo podría haber hecho con la Federación, por ejemplo, pero siempre había un impedimento.
-¿Cuáles fueron los motivos de tus salidas?
-De YPF me fui porque no me pagaron, jugué la final, cumplí con mi deber y al no ver respuesta de los dirigentes tuve que irme. Por aquel entonces había un convenio con la Federación y el club, entonces terminé yo colgada por sus desacuerdos. Hice mi trabajo, ellos no me cumplieron, entonces dije hasta acá llegamos y después la “hija de su madre fui yo…”. En Maipú pasó lo mismo, ellos me llaman y me quieren dar una categoría por el embarazo de Belén Aversa (en ese entonces Carolina dirigía U15 Femenino de Talleres) y también entrenaba con la primera (no jugó ningún partido). Ellos se hacían cargo de mi pase, lo que yo me negué, porque al llegar a mitad de torneo, tenía que esperar al próximo. Ellos después me piden exclusividad, yo les dije que a fin de año hablábamos, pero la prioridad la tenía Talleres por haberme abierto las puertas. Cuando las cuentas no les cerraron por distintos motivos yo dije hasta acá llegamos. Fue allí que después me salen a matar y cuando pasaron cuatro meses y yo podía irme a jugar a cualquier equipo, me fui a Andes Talleres.
-¿Y con la Federación?
-Fue por lo mismo, yo me meto con Oyarce a trabajar pero cuando ves que hay cosas que no van, haces tratos con otros clubes y no me pagás, terminó el Sudamericano en el Polimeni y decidí irme. Me querían aprovechar y está perfecto, pero yo también tengo que trabajar y vivir. Entonces vuelvo a quedar como la mala, como la que va por atrás y esas cosas que son todas mentiras.
-¿Fue allí que sale el problema del Argentino de Mayores?
–Ellos pensaban que yo lo estaba organizando porque sacaron una nota que nada que ver, ¿quién soy yo para armar un campeonato de estas características?, entonces allí te das cuenta que no les da la cabeza para pensar que yo podía armar un Argentino. Por eso decidí abrirme y hacer las cosas a mi modo para ganar o perder yo.
-Cuando llegaste a Talleres se juntaron la juventud y la tecnología…
–Fue chocante, muchas veces reaccionaba muy mal y decidí hacerles entender que con pasión se tienen que hacer las cosas y más las que tenían futuro, como es el caso de Victoria Gauna, que tal vez alrededor tiene gente que le quema la cabeza y decirle que ahora que llegó a la selección debe mantenerse. Es difícil hacerles entender, por ejemplo, que estemos jugándonos una final y las pibas no venían a entrenar o con cara de culo, esas cosas yo no entendía. Pero creo que lo terminaron entendiendo. El ejemplo más claro fue el Clausura que ganaron con muchas pibas y solo con Jose pudieron ganarlo. Eso me hizo saber que algo había dejado en ese equipo, que no era sólo Carolina Sánchez y el resto, éramos un equipo.
-¿Por qué es tan poca la cantidad de equipos en el femenino?
–No crecemos porque los clubes no dejan meter el femenino, es obvio que tenes que empezar con las minis para sumar y tener una competencia de 10 o 12 equipos pero, repito, si los clubes que tienen masculino y convocan jugadores no abren la cabeza, es imposible. En su momento cuando entré en la Federación, la única manera era obligándolos como lo hacen en Buenos Aires. Es más, si se dieran cuenta las chicas, en cuanto a selecciones, a dado mejores resultados que el masculino.
-¿Y el Maxi-Basquet qué papel juega?
-Es difícil hacerles entender a las chicas de 30 años que tienen nivel para jugar federativo, las que si se dieron cuenta son las jugadoras de Maipú, pero siguen habiendo muchos motivos y deben entender que por allí uniéndose (Asociación y Federación) se pueden hacer grandes cosas.
-Qué análisis final podrías dar del básquetbol local?
-El básquet no crece, uno de los motivos es por los mismos entrenadores que han dictado sólo tres clases en el curso. Si la federación no les exige que cumplan, difícil crecer. Falta un poco más de organización y laburo, que es lo que después el pibe va aprender. Otro aspecto es la violencia, no sólo en cancha, también con los jugadores que se agreden o insultan y después se tienen que ver la cara en una selección, creo que es allí donde el Tribunal De Penas tendría que ser más riguroso a la hora de sancionar y con eso aprender. Además de la presión de los padres donde me di cuenta que el peso de estos es muy grande.