Luego de varios torneos con irregularidades, partidos postergados y un final de 2015 y principio de 2016 lleno de polémicas, el básquetbol local perdió su prestigio y el apoyo del público en general.
OPINIÓN
Por Hugo Videla
Y es que cada vez menos se valora el campeonato doméstico, a tal punto de que se suspenden partidos por cualquier motivo, haciendo que el certamen no finalice en tiempo y forma y que pierda atractivo para el hincha común, que termina apoyando de manera masiva sólo en las finales.
Hoy, un verdadero logro para los clubes es poder participar de un torneo nacional, ya sea la Liga C, el Torneo Federal o en un TNA como le tocó hace poco a Anzorena. Estos campeonatos son prestigiosos no sólo por tener la posibilidad de viajar y enfrentar a equipos de otras provincias, son del gusto popular porque hay una organización protocolar evidente y un estricto reglamento que impide suspender un encuentro por caprichos personales.
Será momento, entonces, de imitar esos pequeños detalles de los torneos superiores para poder recuperar el apoyo del público y el prestigio del básquetbol local, perdido hace algunos años.
¿Cómo se logra? Respetando el fixture ya estipulado, priorizando el espectáculo sin intentar sacar ventajas en los escritorios, sin apurar a juveniles que no están preparados para jugar veinte minutos en primera, y por sobre todas las cosas, con profesionalidad de los protagonistas dentro y fuera de la cancha, porque a pesar de que la mayoría de los jugadores y dirigentes del básquetbol mendocino no pueden vivir del deporte, la actitud y los códigos entre compañeros y colegas van más allá de un sueldo.