Anzorena se sacó una mochila muy pesada de encima y ahora puede encarar lo que queda de temporada de otra manera. Hay optimismo en la Sexta.
La victoria de ayer ante GEPU-Española renovó las esperanzas en Anzorena Ciudad de Mendoza, que llevaba una racha de 22 derrotas consecutivas.
Si se analiza desde el juego, fue un resultado merecido porque desde el primer cuarto el equipo de Figueredo fue más que su rival. La defensa de Anzorena jugó al 110%, le cortó el goleo a Bolling hasta el último cuarto, y Sánchez defendió a Iman como para que no notemos que cumplía 38. En ataque, el Hacha se la bancó en la pintura y Revellino mostró su gran repertorio de tiro externo (un triple clave en el final para cortar una sequía de 5′ sin gol), y las penetraciones que terminaban en foul o gol.
Ahora, ¿es una simple victoria? La respuesta es absolutamente no. Fueron muchos partidos sin poder ganar, algunos con derrotas claras pero otros en los cuales el cierre fue atípico. De esta manera, Figueredo se sacó una mochila, la presión de no poder ganar, haciéndolo de manera clara e invitando a soñar a la gente, jugadores y dirigentes, para tener un decoroso cierre de temporada.
La buena noticia es que todos jugaran play offs. Así lo determina la forma de disputa. No hay que ser ciegos, Anzorena seguramente terminará último en la División Sur. Pero por eso, hay que comenzar a mirar quién ocupará el 5° lugar de esta tabla, porque ese será el rival al mejor de tres.
Puede haber algún cambio más todavía sin confirmar, pero lo cierto es que el Rojo tene todavía dos meses de camino en su primer TNA y, aunque se tropezó con 22 piedras, nunca se dejó caer.
