Aún dolido, con el corazón caliente y recuerdos imborrables que se hacen presentes en este momento, le dedico estas palabras a él, al que me hizo tantas horas feliz.
En el día de ayer, el mundo del básquet quedó conmocionado y consternado luego de que se confirmara que falleciera en un accidente aereo, la Leyenda de la naranja, Kobe Bryant.
El 26 de enero, quedará para siempre como una espina clavada en el corazón no solo para los amantes del baloncesto sino también para todos los que amamos el espíritu deportivo en sí. El prestigioso medio norteamericano, TMZ, anunciaba que el atleta e icono deportivo Kobe Bryant al parecer había fallecido en un accidente aéreo; un desperfecto técnico en su helicóptero personal era el causante de la tragedia. Iban pasando los minutos y los medios webs daban por hecho el deceso de la mega estrella. Luego, ESPN, de la mano de Adrián Wojnarowski, confirmó la muerte del escolta lagunero.
Sin dudas será algo que no vamos a poder superar por mucho tiempo, Kobe fue un ganador nato. Pero el fenómeno “Black Mamba” se expandió en todas las disciplinas y varios deportistas fueron receptores de su competitividad que llevaron a imitar su mentalidad mamba (mamba mentality). Figuras de todo el mundo quedaron devastados como el gran Manu Ginobili, que escribió en un tweet luego de confirmarse su muerte. O como el mismo Luifa Scola que sintió como si se hubiera muerto algún familiar directo. Sin dudas, fue una gran tristeza para todos. El enorme Kobe, como jugador ganó todo: anillos de NBA, campeonatos mundiales, medallas olímpicas, no le quedó nada por hacer. Se fue alguien que trascendió el mundo.
Toda mi generación post Jordan, nos refugiamos en él. Lo veíamos como un tipo inalcanzable y todos luego del entrenamiento emulábamos con relatos creyéndonos ser él y hacíamos una jugada “fantástica” sin dudas era algo mágico que siempre intentamos. Todos tenemos alguna camiseta de él, que la usábamos hasta para ir a comprar al almacén de la esquina, era algo que se nos hizo carne y pasión.
Nos llevó a ver el básquet de una manera increíble, como si lo que hiciera era digno de un marciano. Pero ayer nos dimos cuenta de que era humano. Pasaron las horas y percibimos de inmediato del vacío que había dejado. La NBA no suspendió la fecha programada para ayer, pero las franquicias se las ingeniaron para brindarle un homenaje como él se lo merecía, en el comienzo del partido cada equipo iba a dejar correr los 24 segundos de posesión (último número que usó en la liga) y se notó que jugadores, entrenadores, afición y periodistas sintieron el golpe, como nosotros y solamente les quedaba aplaudir con los ojos lagrimosos a la última gran leyenda del baloncesto americano.
A toda una generación que tenemos recuerdos esporádicos de Jordan. Les pido que hoy salgamos con lo que tengamos a mano que les recuerde a Kobe o hagamos en cualquier lado una bolita de papel, para recibir un pase de Derek Fisher, lanzar a canasta, convertir y alzar las manos agradeciéndole al cielo por dejarnos ser por última vez ÉL. Se lo debemos por todas las horas que nos hizo feliz. Gracias Kobe, tu legado quedará grabado por siempre en la memoria de todos los que te adoramos.
Q.E.P.D. KOBE
#MambaOut