APERTURA 2019. SUPERLIGA. El basquetbol venezolano brilla en Mendoza, con ocho jugadores en el torne de elite.
GENTILEZA MAS DEPORTES
DIARIO LOS ANDES
«Y aquí estoy, creyendo en mí. Me fui, me fui, con mi cabeza llena de dudas, pero me fui. Y aquí estoy, creyendo en mí. Acordándome de todo aquello que un día fui. Despedirme fue duro, en ese terminal. Lloré todo lo que en un año se puede llorar. Pero me fui pa’ la frontera. Esperensé que ahora es que comienza mi odisea (…)’’. Reymar Perdomo es una de las tantas venezolanas que abandonó su país por la crisis y emigró -vía Colombia- al Perú, donde subsiste cantando en el transporte público, adquiriendo cierta notoriedad gracias a la composición de: “Me fui”.
El básquet de Mendoza a nivel Mayores, está viviendo una revolución similar a la que se produjo en la década del ‘80, cuando habían hasta cuatro jugadores nacidos en EEUU compartiendo un rectángulo de juego. La presencia extranjera genera un show aparte, un espectáculo único. Seduce y atrae a las familias. Desde hace tres años, con la llegada de jugadores estadounidenses al Atlético Club San Martín, se produjo un efecto contagio. Todos los equipos de Superliga y algunos de Nivel Uno aceptaron el desafío y fueron a buscar players foráneos para reforzar sus planteles. Opción 1: estadounidenses. Opción 2: venezolanos. El primero que pisó suelo mendocino fue en febrero del 2018: Jesús Martínez, pivot de 2.08 metros, que llegó a Villa Nueva para defender los colores de Leonardo Murialdo. “Jesús”, oriundo de Magdaleno, estado de Araguas, causó furor con su rendimiento. En sus tres primeros partidos su planilla personal marcó: 26 puntos; 21 rebotes y 6 asistencias promedio. Jugadorazo. Su excelente nivel hizo que muchos entrenadores y directivos de Mendoza empezaran a ver el mercado “Vinotinto” como principal opción. Es decir, Martínez se convirtió en la llave para que muchos compatriotas comenzaran a pisar suelo mendocino. Por aquel entonces: el pivot Canario, hoy jugador de Macabi afirmaba: “Le doy gracias a Dios por la oportunidad que se me presentó de venir a jugar a Mendoza, y queda ne mí dar lo mejor y hacer lo que se me pida para rendir al máximo”. Marcó un camino, dejó una huella, y muchos jugadores venezolanos siguieron sus pasos.
Finalizado el Apertura 2018, Mendoza de Regatas debía afrontar por primera vez en su historia desde la unificación de la Federación Mendocina de Básquet (1968), el certamen de ascenso Nivel Uno. Su entrenador, Enrique Tolcachier, movió rápido los hilos y después de días de estudios (videos), aceptó la recomendación de Fernando Duró -entrenador de Liga Nacional de Venezuela (Guaros de Lara)-, para que llegaran dos refuerzos venezolanos: Jorge Rondón (alero 1.96 metros) y Elizier Montaño (pivot de 2.06 metros). Jugadorazos que continúan vistiendo los colores del Lago.
Para la misma época arribaron Alejandro Bernal (alero de 1.96 metros) a Atenas Sport Club y Luis Madera (base 1.85 metros). Y Banco Mendoza “B” también se sumó a la fiebre venezolana con el ala-pivot Lisandervi Urbina (1.90 metros). El año 2018 terminó con 6 jugadores vinotinto compitiendo en Mendoza. En la actualidad, Madera fue ‘cortado’ por bajo rendimiento en Macabi y Urbina no siguió en Banco, pero se quedó en Mendoza y está trabajando en una distribuidora de bebidas.
Arrancó la temporada 2019 y volvió a ser noticia Martínez, sacudiendo el mercado de pases. Dejó Murialdo y pasó a Israelita Macabi. Por su parte, Atenas no le renovó al pivot canadiense Osman Barrie y arregló con Jhoyfer José González Díaz, un ala-pivot de 2.03 metros. Sin dudas, un refuerzo de lujo que le brinda grandes dividendos. Y Murialdo no se quedó con las manos vacías y en febrero incorporó al pivot Robert Yriarte (2.01) y al alero Jackson Zapata (1.95).
En la actualidad muchos atletas venezolanos no están de acuerdo con el régimen político, económico y social de Nicolás Maduro. Por esta razón, escapan junto a miles de compatriotas a diferentes lugares del mundo. El año pasado, en la Argentina, rompieron un récord histórico en cantidad de gente, la ola migratoria venezolana desplazó los inmigrantes bolivianos o paraguayos. En los últimos tres años se radicaron en el país unos 70 mil ciudadanos opositores al gobierno chavista. Más allá de ese contexto, los jugadores venezolanos que llegaron a Mendoza son profesionales. Todos tuvieron experiencia afuera de su país y representaron a su Vinotinto en distintas selecciones formativas.
Más Deportes, testigo absoluto de sus actuaciones en las canchas de Mendoza, dialogó con los venezolanos sobre sus sensaciones de estar en esta tierra y de lo que sueñan de su país. El primer jugador en pisar suelo mendocino fue Jesús Martínez, señalado como, la llave de los “pana” para arribr a la tierra del sol y del buen vino. El pivot, goleador del 2018, explicó con una sonrisa en su rostro: “En Mendoza me siento feliz. Tanto Murialdo como Macabi son excelentes clubes, con un nivel humano espectacular. Una atención única. Excelentes personas. Y eso te reconforta el corazón.» Con respecto al nivel del básquet de Mendoza, la llegada de jugadores foráneos han elevado su nivel en todo aspecto. “He jugado en Colombia, Ecuador y Chile. Mendoza tiene un nivel muy arriba. Tuve la oportunidad de jugar en Rivadavia el TNA (Liga Argentina), pero quería visitar a mi familia y volvía a Mendoza en febrero. Ellos querían ocupar la plaza en enero, por eso no jugué para Rivadavia”.
En relación a los jugadores mendocinos que lo deslumbraron, Martínez, expresó: “Santiago Egas es un gran jugador y una persona extraordinario. Tiene nivel de Liga Nacional y lo está demostrando. También me sorprendieron mucho Facundo y Lucas Rubia, el Caniche Estalles. Mendoza tiene muy buenos valores. Lo mejor, son excelentes seres humanos”. El ahora pivot Celeste, también opinó sobre la situación que está viviendo su país natal: “Gracias a Dios, pasa el tiempo y yo puedo vivir del baloncesto. Me preparé para esto. Soy profesional. La situación en Venezuela está complicada. Es duro lo que está pasando. Desde acá ayudo a mi familia, mamá, primos, abuela, tíos, pero no alcanza. Y eso que mi familia es de clase trabajadora, cada uno tiene su negocio, pero la inflación destruye todo. Son 15 años en los cuales pasa lo mismo. Sueño con que mi país esté unido y vuelva la paz. Sería grandioso”.
También habló Elizier Montaño, con un respeto admirable: “Mendoza es una ciudad hermosa. Su gente es espectacular. Estoy muy agradecido al Club Regatas por esta oportunidad. Llegué por recomendación de Fernando Duró. Tienen un basquet muy competitivo en la Superliga. El año pasado, nosotros jugamos un nivel inferior. Salimos campeones y ahora queremos pelear arriba. Para destacar, la nobleza de mis compañeros, entrenadores y dirigentes. Todo lo que nos prometieron lo cumplieron al pie de la letra. El cariño que nos brindan es excepcional. Y eso reconforta porque uno está lejos de su casa”. Con respecto a Venezuela: “Sueño con que este régimen se termine y todos los venezolanos volvamos a estar unidos para convertirnos en el país que alguna vez soñamos de niño. Está complicada la situación. Cuesta mucho y extraño a mi familia. Siempre fui sostén de familia”.
Por su parte, Jorge Rondón, opinó: “Con la mano en el corazón, disfruto cada día en Mendoza. Tengo una hija (2 años) y mi mujer en Venezuela. Cuesta, pero la hospitalidad y solidaridad de la gente de Regatas y del básquetbol de acá es admirable. Nos tratan excelente. El nivel de competencia en Mendoza se hizo fuerte. Hay extranjeros en todos los equipos y la provincia tiene grandes jugadores. Todos los partidos son parejos y exigentes. Venezuela tiene que recuperar su alegría. Tenemos que estar todos los venezolanos unidos para volver a creer en nuestra Nación”.
Alejandro Bernal, alero goleador, se ganó el corazón Apache por su juego, entrega y pasión. De 23 años, no llegó por recomendación de ningún representante. Estaba en Perú e iba a jugar su Liga Profesional. Sin embargo, recibió a través de la redes sociales el llamado de un amigo y jugador venezolano instalado en San Juan, Ángel Mendoza, quien a través de su entrenador sanjuanino lo contactó con Luis Vásquez, en ese momento, director técnico de formativas en Atenas. Pisó suelo mendocino justo en las finales del Apertura 2018 entre Anzorena y el Atlético Club San Martín. Un mes tenía que estar parado. Pero apareció ese corazón de barrio que tiene Atenas Sport Club y de inmediato sus directivos le dieron alojamiento y le prestaron las instalaciones para entrenar hasta que arrancaran los entrenamientos de la Primera a cargo de Martín Ramos, ahora en Anzorena. Bernal se empezó a mover junto a la Selección de Mendoza que se preparaba para el Argentino en Misiones. Dos entrenamientos y fichó para el Apache. Alejandro no se cansa de repetir: “Estoy en un club fantástico. Una familia increíble. Es hermoso este lugar. Me cuentan que Atenas es el club más ganador de Mendoza y su gente, su fanaticada lo demuestra fecha tras fecha. Es algo hermoso. Estoy feliz con la mano en el corazón. Sueño con volver a Venezuela. Todos queremos estar en nuestra casa, con nuestros familiares y amigos. Es muy fuerte lo que está pasando. Ojalá se solucione todo rápido. Tiene que ser un cambio paulatino. Un proceso que dure tres años mínimos, pero Venezuela se lo merece”.
Y apareció el ‘Pana’ Jhoyffer González Díaz, un jugador de otra categoría, que tuvo el orgullo de vestir la camiseta de Venezuela, por su rudeza y talento, se está ganando el cariño y la admiración de todo Atenas.Confesó: “Mendoza es un lugar espectacular. Todo lo que estoy viviendo es fabuloso. La gente me trata muy bien. Son muy buenas personas y solidarias. El básquet de Mendoza es muy bueno. Todos los equipos, parejos, y los partidos son muy interesantes. Es muy bueno que los jugadores venezolanos podamos llegar al básquetbol argentino. Ésta es una plaza muy buena desde lo competitivo y profesional”.