
Antonhy Joseph, el norteamericano de Banco Mendoza B, ya mostró su juego y categoría en Mendoza. En tres partidos tuvo un promedio de 35 puntos. Está feliz de vivir esta etapa profesional en nuestra provincia. Un mano a mano imperdible con Salto Inicial.
Siempre tiene una sonrisa en su rostro. Saluda. No es tímido para nada. Agradece cada muestra de cariño. No es común que un norteamericano juegue en la provincia de Mendoza. Y él lo sabe. Por esta razón, siempre tiene una palmada, un beso, un saludo para cualquier niño que le pide un autógrafo o una foto. Sin dudas, llama la atención y mucho. Antonhy, es pivot que mide 2,02 metros y pesa 107 kilos y viene de jugar en Uruguay. Ahora, vestirá la camiseta de Banco Mendoza B, el último campeón del Clausura A3. Tras varios días de gestiones de su propio entrenador Nicolás Reig y del directivo Nicolás Popón, Joseph, a través de su representante Pablo Coleffi, llegó a Mendoza. Se bajó del colectivo en la terminal de ómnibus y lo primero que hizo fue irse a entrenar al gimnasio del club de Chacras de Coria. Un fanático de su estado físico, de su cuerpo. Antonhy, tras sacarse varias fotos con los chicos de San Carlos que se acercaron para ver las acciones de la última jornada del Torneo Homenaje Dr. Francisco Reig, dialogó con Salto Inicial y contó sus sensaciones de estos siete días que lleva vividos en Mendoza.
– ¿Qué te pareció la provincia de Mendoza?
– Es una provincia muy bonita. Me encanta Argentina. La gente es especial. Muy piola. Muy atenta. Tengo muchos amigos en la capital de Córdoba y también en Capital Federal. Aunque al lado de Nicolás, ya he vivido como 25 días más o menos (risas).
– ¿Conocías la provincia de Mendoza. Qué te sedujo venir a jugar a esta provincia?
– No conocía la provincia de Mendoza. Sólo sabía que es lugar más lindo donde hacen el vino (risas).
– ¿Cómo te ha tratado la gente de Banco Mendoza hasta el momento?
– Es un club hermoso. Especial. Muy bien. El primer día me abrieron las puertas del gimnasio con el profesor Nacho. Es muy bueno.
– ¿Te sorprendieron las altas temperaturas estos últimos días?
– Es similar a Uruguay. Mucho calor. Estoy acostumbrado. Con una pileta todo se soluciona.
– Estás viviendo en la casa de Nicolás Reig ¿Estás cómodo?. ¿Te pusieron wifi?
– Nico (Reig) es una persona con un corazón gigante. Un gran amigo. Tiene muchos amigos. Su mamá está en Mar del Plata. Es muy dulce. Muy buena. Vamos a la casa de Juan (Nally) a la pileta. Espectacular. Nico también tiene una piscina, pero es chiquita. Con respecto al wifi, es un secreto. Tengo, tengo, por ahora.
– ¿No me digas que estás colgado del wifi de un vecino?
– No, no, no, es un secreto de amigos (risas).
– Sos una atracción permanente para los chicos, te piden fotos, autógrafos, etc.
– Me encantan los niños. Ellos son el futuro. Tenemos que enseñarles y acompañarlos. Es lindo que venga a ver básquetbol.
– Banco Mendoza B se caracteriza por ser un equipo de amigos principalmente. Cómo te trataron desde el primer día.
– Es un grupo magnífico. Me encanta estar con Lucas (llgevichus), es un personaje y gran jugador. Me río mucho. Igual que el flaco Giménez, me abrió las puertas de su casa. Almuerzo con él, su familia. Buena gente.
– Estuviste jugando en Estudiantes de Olavarría e Independiente de Oliva. ¡Qué comidas te gustan de la Argentina?
– La carne argentina es fabulosa. Me fascina. Tomo mate. Como milanesas, con puré de papas y a la noche siempre una ensalada. Me cuido mucho.
– Volviendo a la amistad del grupo de Banco, ya tuviste un casamiento. El de Seba Poquet. ¿Fuiste?
– Si gran fiesta. Felicidades para Sebastián. Yo me vine a dormir a las 1.30 de la mañana. Mis compañeros y Nicolás desconozco… (risas).
– Por último, que te sedujo de Mendoza para seguir tu carrera profesional.
– Me hablaron muy bien de Mendoza. Estoy conforme. Quiero arrancar ya nomás el campeonato. Quiero salir campeón. Ascender a la Súper Liga. La plata no es lo importante. Siempre busco un lugar cómodo y conocer gente nueva.
– Una más por favor, ¿es verdad que no te dejan volcar la pelota cuando juegan de local?
– Eh, Nicolás me dijo, despacio. Afuera sí. Acá no (risas).