A un mes y medio del inicio del Torneo Nacional de Ascenso, no se sabe qué va a pasar con la plaza de Anzorena. La idea es jugarlo, pero falta el dinero público y privado para bancar el proyecto.
Hace algunas semanas sonó la voz de alarma. Sin embargo, había tiempo y parecía que con el correr de los días se iba a encaminar la participación de Anzorena en el TNA. Hoy, a seis semanas de que comience la competencia oficial, es una incógnita el presente de la Asociación Deportiva Anzorena. Los costos no son para nada bajos. Ya es una suma importante jugar un Torneo Federal y, para disputar la segunda categoría, esto aumenta casi en un 300%
Solamente jugar de local, un club del TNA debe desembolsar 10 mil pesos, cuenta estimada con números de la pasada temporada que contemplan los costos de árbitros, comisionado, hidratación para ambos equipos, etc. En un partido importante, ese monto puede llegar a cubrirse pero, en la normalidad de una temporada, es muy difícil esperar llegar a ese número con la recaudación. Y esta es la problemática solamente para los encuentros de local.
Para salir a la ruta, hoy Anzorena no tiene acuerdo con una empresa de viajes como puede tenerlo un equipo de fútbol. Los viajes se bancan con dinero del club, no hay un CATA, Andesmar o similar que colabore con el traslado.
En caso de que el equipo de la Sexta participe, buscará el apoyo municipal y gubernamental. Desde Suipacha y Olascoaga destacan y agradecena Rodolfo Suárez, intendente de Capital, por su participación. Sin embargo, será difícil sentarse a negociar con el Gobierno de la Provincia, teniendo en cuenta el año electoral y el ya confirmado pase de manos del poder. ¿Con quién negociarías, con el que sale o con el que entra? Es un tema difícil y, en parte, responsable de la incertidumbre actual a la hora de asegurar la plaza.
Si hay una buena noticia, entre muchas pálidas, es que las fichas mayores serán finalmente seis, con el extranjero optativo. Si la AdC se plantaba en ocho fichas, hoy ya estaríamos hablando de que no se podría jugar este torneo bajo ningún punto de vista. Al ser solamente seis los mayores de 23, en caso de que se llegue a recaudar el presupuesto, el número está dentro de lo planeado, ya que se buscaría un interno, un americano y un perimetral. Luego, el plantel se completaría con los nombres que ya conocemos.
Serán claves estas próximas dos semanas para que el Rojo defina si jugará el TNA o deberá volver a una categoría conocida, el TFB. «No queremos jugar el TNA por jugarlo», es lo que dicen, con mucho atino. Los dirigentes más importantes del Club, que han demostrado su poder de gestión, intentarán abrirle las puertas a las empresas privadas, para que se animen a invertir en el básquet y en este proyecto. En caso de que no se logre, no se van a aventurar a jugar un torneo que, además de un posible descenso, puede dejar huellas negativas en un club que levantaron con tanto esfuerzo.
Habrá que esperar, colaborar desde donde se pueda y, mientras alguien quiera escuchar, pedir por un Anzorena en el TNA, torneo que Mendoza no vio en vivo y en directo por 18 años y que hoy, producto de la falta de apoyo, puede volver a irse de la «Tierra del Sol y el buen vino».