SERIE FINAL. JUEGO DOS. Después de 11 años, la Asociación Deportiva Anzorena volvió a gritar campeón de la temporada. Barrió en la serie final del título anual a Atenas Sport Club por 2-0. En el juego revancha ganó por 66-57 con un Matías Estalles imparable. La catedral del básquet es una fiesta.
Lo noquearon. Le dieron dos piñas al mentón y lo tiraron a la lona. Inesperado. En las apuestas previas, ganaba cómodo por 9-1. Sin embargo, Atenas, le hirió el corazón. Le ganó de guapo la final del Clausura y lo llevó de nuevo al Rojo de la Sexta como 2007 (campeón del Apertura), 2009 (campeón Clausura), 2014 (campeón Apertura) y 2016 (campeón Apertura) a jugar la final anual para definir el campeón de la temporada. Si, señor lector, leyó bien. El equipo de la Sexta, había perdido sus últimas cuatro finales anuales. Con la cabeza siempre puesta en el Torneo Federal, al principio arrasaba en un torneo local y luego se dedicaba a la Liga. Pero, a la hora de los bifes en las finales anuales, no reaccionaba y se quedaba con las manos vacías. El recuerdo más reciente, el Clausura pasado, cuando prácticamente tenía ganada la serie final y cayó ante San José en el juego revancha. Perdió el tercero en su cancha y tuvo que jugar una final Anual. La historia ya es conocida, hizo agua por todos lados. Por esta razón, tras ganar el Apertura 2017 en forma contundente y tomarse revancha del conjunto Santo, ahora, tenía la oportunidad de volver a levantarse contra el verdugo del último Clausura: Atenas Sport Club. Y lo hizo con creces. Porque fue superior al Apache en los dos juegos, demostró superioridad en todas las posiciones y terminó armando una fiesta inolvidable en el estadio Ribosqui ante la presencia de cientos de hinchas que se acercaron hasta Maipú para gritar campeón.
¡EL MEJOR DE TODOS!
Totalmente. El equipo de Walter Gutiérrez (el técnico más ganador en la historia del club desde su nacimiento en 1938) fue el mejor de la temporada. Tuvo un sólo paso en falso y fue en la serie final contra Atenas. Subestimó al rival, le dio vida y lo apabullaron. Pero, los grandes, los verdaderos campeones, cuando tocan la lona, saben levantarse. Reaccionan. Sale a luchar con el corazón y el orgullo en la mano. Y así lo hizo este Anzorena campeón 2017. Porque recuperó a un jugador como Nicolás Aguilera, quien reconoció que fue superado por el base Gabriel Rivero en la serie final del Clausura. Tuvo en Matías Estalles ese hombre gol imposible de marcar. Pelota al Caniche, era gol o foul y gol. El hombre más regular del temporada. Un crack. Apareció Bonini, un jugador que se despertó a tiempo en esta instancia y demostró su jerarquía. Tuvo un Nacho Revellino que es un hijo adoptivo de la institución pero ya conoce cada rincón como si hubiese nacido en esa cuna. Temperamento, juego, actitud y sobre todas las cosas, un efecto contagio a sus compañeros admirable. Imposible no nombrar a Juan Luca Hernáez, ese pibe que el año pasado tras un paso fugaz en Regatas, alentó a Anzorena en la popular junto a sus amigos. Siente la camiseta como pocos. Lejos de su nivel habitual, demostró que juega con el alma.
En esta serie final, hubieron destellos de su talento y lo convirtieron en un jugador clave para Gutiérrez. Por su parte, Lautaro Padilla, peleado con el aro, hizo de su defensa su mayor virtud. El DT, una vez más, apostó al doble base y Lautaro cumplió su rol a la perfección. Imperdonable, no nombrar a los juveniles del club: Martín Irrutía y Nacho Garitoandía, ambos claves en este corte de redes. El alero convirtió 8 puntos en el tercer cuarto y el escolta, entró en el segundo capítulo, cuando el equipo estaba para el cachetazo, pero no le tembló el pulso y fue pieza vital en la remontada del Rojo de la Sexta. La gran deuda del equipo de calle Olascoaga en estos últimos años es su semillero. Históricamente, Anzorena, se caracterizó por los jugadores formados en su cantera: por nombras algunos recientes, Tuco Martín, Edu Martín y los hermanos Rubia. Todos multicampeones. Sin embargo, el brote de talentos entró en un parate, pero jugadores como Irrutía y Garitoandía, invitan a soñar. Y demuestran que la mística no se ha esfumado.
Anzorena arrancó el año 2017 sabiendo que jugaba sus últimos meses de Torneo Federal tras estar en una categoría superior durante 10 años (jugó un TNA). Por esta razón, tenía tres objetivos: ganar el Apertura, el Clausura y por ende conseguir el anillo Anual. Dio un paso en falso hace siete días, sin embargo, como todo campeón, se levantó con juego, actitud, garra, coraje y hambre de gloria. Fue superior a su rival y volvió a gritar campeón después de 11 años. La catedral del basquetbol está de fiesta, motivos sobran. ¡Salud campeón!
LA SÍNTESIS
ATENAS SPORT CLUB (57): Agustín Blanco 8; Lucas Jezowoicz 0; Gabriel Rivero 5; Rodrigo Griffa 27; Cristopher Abramor 4 (FI); Julián Martínez 2; Diego Oteiza 0; Facundo Nesci 9. DT: Martín Ramos.
ASOCIACIÓN DEPORTIVA ANZORENA (66): Nicolás Aguilera 9; Matías Estalles 20; Federico Bonini 10; Lautaro Padilla 0; Ignacio Revellino 4 (FI); Juan Luca Hernáez 8; Ignacio Garitoandía 6; Martín Irrutía 9. DT: Walter Gutiérrez.
Estadio: Juan Domingo Ribosqui (local Atenas Sport Club)
Árbitros: Mario Aluz – Rodrigo Oliver – Sebastián Mellado.
Parciales: 17-10; 25-24 y 38-46.
Tiros libres: Atenas 11/14 – Anzorena 14/19
Cinco faltas: Juan Luca Hernáez.
Figura: Matías Estalles (Anzorena).
EL CUARTO POR CUARTO
PRIMER CAPÍTULO
Mucho mejor Atenas con un Rodrigo Griffa imparable (autor de 11 puntos con 3 puntos). Anzorena, una vez más, jugó incómodo y sólo pudo anotar por jugadas individuales (17-10).
SEGUNDO CAPÍTULO
Reaccionó el equipo de Walter Gutiérrez. Abandonó la marca individual y se cerró en una zona que era muy flexible. Pasaba de un 3-2 a un 2-1-2 y se la pelta ingresaba a la zona pintada, se convertió en un 2-3. Los jugadores de Anzorena se mostraron rápidos en las ayudas y los atrapes. Sólo Griffa pudo convertir en Atenas (8 puntos), mientras que en Anzorena, el goleo fue repartido y el ingreso de Garitoandía (4 puntos) y Juan Luca Hernáez (6) fueron vitales: 25-24.
TERCER CAPÍTULO
Con un bombazo de 9 metros, Nicolás Aguilera, rompió la racha negativa de 10 lanzamientos de triples sin convertir. Anzorena pasó al frente por primera vez en el juego. Y a partir de ese momento, se hizo amo y señor del partido. La efectividad de Irrutía con 8 puntos fue el arma ofensiva más importante de Anzorena que entró al último cuarto con una ventaja de 8 puntos a favor: 38-46.
ÚLTIMO CAPÍTULO
Anzorena lo jugó a lo campeón. Defensa fuerte, actitud en ataque y aprovechando al máximo las virtudes de sus jugadores. Robo de Aguilera, contragolpe fulminante y volcada de Bonini. Recién se jugaban dos minutos del partido y Anzorena había sacado la máxima diferencia del juego: 52-40 (12 puntos). Atenas, reaccionó a través de Nesci, pero el goleo de Estalles, la entrega de Hernáez y la calidad de Aguilera para manejar el balón con una soberbia de otra categoría, le permitió al Rojo definir el encuentro a su favor, gritar campeón y cortar las redes.