
Por primera vez en su historia, la Unión Deportiva San José escribió su nombre en el libro de oro de los campeones anuales. Histórico. En el cuarto capítulo de la serie final, derrotó a Anzorena por 70-61 y cerró la serie 3-1. El Santo está de fiesta. De su humildad, hizo su mayor virtud. Sin dudas, el mejor de todos.
«Si estas intentando lograr algo, habrá piedras en el camino. Yo las he tenido, todo el mundo las ha tenido. Pero los obstáculos no te tienen que detener. Si te encuentras con un muro, no te des la vuelta y te rindas. Averigua como escalarlo, atraviasalo o rodealo», éstas es una de las tantas frases célebres del mejor jugador de la historia del básquetbol, Michael Jordan. Y describen a la perfección las claves del éxito de la Unión Deportiva San José. Campeón del Torneo Clausura y ganador del anillo de oro 2016. Único. Memorable. Épico e inolvidable. Porque el dueño de las redes del 2016 es el club de barrio sin club. Si amigo lector, leyó bien. El club de barrio sin club. Porque San José, lamentablemente, jugó todo el certamen Clausura de visitante. Alquilando cancha. Fueron 26 partidos en total en este segundo semestre, que el quinteto de Pablo Moyano no pudo pisar el estadio Mario «Pelado» Herrera. Increíble. Pero real. El derrumbe del galpón vecino, que tuvo como saldo la trágica muerte de dos personas, produjo la clausura de la institución. Obstáculo más grande que no poder contar con instalaciones no existe. Sin embargo, San José sabe y mucho de subsistir. De pelear. De su humildad hizo su mayor virtud y dejó en el camino a rivales de la talla de Atenas, Junín y Anzorena, para poder gritar campeones del Torneo Clausura y ahora de la final anual.
Atrás quedaron los entrenamientos en la plaza, en el club Macabi, en Cultural, en De Paolis, en una escuela y hasta charla motivacionales en el hall de una estación de servicio. Una historia de locos. Pero, el objetivo estaba claro: había que pelear. Como lo indica la historia de San José. Subsistir. No había que perder la categoría. Pero, a medida que pasaban los partidos, principalmente en los cruces de play offs, el Santo se dio cuenta que su volumen de juego crecía día a día. El talento de sus jugadores, por momentos, funcionaban todos al mismo tiempo y se formaba una verdadera orquesta sinfónica. Y San José fue y luchó contra un gigante como Atenas y barrió la serie a su favor. Después llegó el turno de Junín, el gran candidato de todos y número 1 de la fase regular. Pero, quedó de rodillas ante el Santo. Otra final más y el rival era nada más ni nada menos que Anzorena, el verdugo del Apertura. Había sed de revancha. Perdió el primer juego, ganó el segundo. En el tercero estuvo 20 puntos abajo, pero aperecieron los hermanos Rubia (ganadores nato) y Cristian Velázquez, más el amor propio de Nano Cangelosi y la efectividad de Leandro Lincheta. Estuvo en la lona. El árbitro empezó el conteo. Pero, apareció ese campeón que tenía guardado y ganó una final épica. Campeón del Clausura.
Sin embargo, la historia la escriben los grandes, los que arriesgan. Los que sueñan. Y todo San José soñó en grande y gritó campeón anual al vencer a un histórico de Mendoza como la Asociación Deportiva Anzorena. Y el Rojo pegó primero una trompada en la final anual. Pero, este San José, no tiene obstáculos. Lo que se propone lo logra. Había que ganar el segundo juego y lo hizo. Después, visitó de nuevo el Roberto Gutíérrrez y con soberbia demostración de alma, corazón y vida, volvió a cantar victoria. Estaba match point. Quedaba un partido más para tocar el cielo con las manos. Y sus jugadores lo entendieron a la perfección. Desde el salto inicial, se mostraron muy superior a su rival. Es más, en tres minutos de juego, ya ganaba por 8 puntos: 11-3. Pero, Anzorena, sabé y mucho de esto y se puso en juego. En el último cuarto, se definió recién la historia cuando faltaban dos minutos de juego. Apareció Velázquez en todo su esplendor (figura del partido) y los hermanos Rubia, familia que siente el básquet como pocos y que se divierten cuando pisan un parquet. Nano Cangelosi jugó su mejor partido de la temporada. Idéntica situación para Leandro Lincheta, intratable de la línea de tres puntos. Y Juani Kalnisky demostró que le sobra chapa para jugar en la A1. Y aparece Lucas Muler, el chico del club. El que nació en ese pasillo interminable. El que siente la camiseta de San José en el corazón. Y el Colo Maresca, entendiendo su rol a la perfección. Esto es San José muchachos, Esto es San José. El mejor equipo del básquetbol mendocino en el 2016. El que luchó contra todo. El que se quedó sin cancha. El que se quedó sin club. Pero, el que se dio el gustar de cortar las redes de oro en este 2016. ¡Felicitaciones Santo Campeón!
LA SÍNTESIS
UNIÓN DEPORTIVA SAN JOSÉ (70): Leandro Lincheta 11; Lucas Rubia 10; Juan Ignacio Cangelosi 18; Facundo Rubia 10; Cristian Velázquez 18 (FI); Juan Kalnisky 3; Lucas Muler 0; Agustín Maresca 0. DT: Pablo Moyano.
ASOCIACIÓN DEPORTIVA ANZORENA (61): Federico Bonini 14; Alejo Schestakow 7; Facundo Cantalejos 20; Jorge Sánchez 6; Franco Bravín 3 (FI); Ignacio Garitaoandía 4; Joaquín Orrego 0; Rodrigo Lavezzari 0. DT: Davis Suárez.
Estadio: Federación Mendocina de Box
Árbitros: Ariel Rosas; Aldo Ochoa; Luis Pérez.
Parciales: 26-15; 37-30; 53-51.
Tiros libres: San José 13/27 – Anzorena 9/24
5 faltas: Leandro Lincheta
La Figura: Cristian Velázquez (Unión Deportiva San José).