
El club Juventud Mendocina volvió a tener básquet luego de muchos años. Padres, profesores y jugadoras convirtieron un proyecto en realidad.
La institución de calle Perú 3228 de Ciudad está por cumplir años de vida. En su nuevo aniversario de fundación, habrá motivos suficientes para festejar y brindar. No solamente por su cumpleaños, sino también por el regreso del basquet (solamente femenino) y otras disciplinas deportivas que le dan color y vida a este club de barrio.
«Si lo pudiste soñar, lo puedes hacer» reza la frase del cuento El Principito. El sueño lo tuvieron padres, profesores y distintos colaboradores que pensaron que los piques de la bola naranja debían estar presente en el rectángulo de juego. Y entraron en acción para reacondicionar la cancha de básquet que tanto tiempo quedó en el olvido y el silencio de tantos años.
«Cuando llegamos al club nos encontramos con muchas cosas por hacer. Lo primero fue poner en condiciones la cancha. Luego, debimos arreglar los sanitarios y quincho» explica Rolando Lodi, el presidente de la sub comisión de básquet y padre de una jugadora del club.

Todo lo realizado hasta el momento hay que agradecer a todos y cada uno de los padres que colaboran para que el basquet volviera a Juventud Mendocina. No había basquet desde 1982 cuando el club presentó primera masculino» recuerda mientras ceba unos mates que invitan a que la charla se haga amena y se extienda sin límites.
Otros padres se suman a la ronda de mates y él es el encargado de convidar unos verdes. «No me quiero olvidar del presidente de la institución, el señor Zamora, quién nos abrió las puertas del club para que el basquet se sumara».
A su lado se encuentra el profesor Mauricio Sotomayor, otro de los mentores del proyecto basquetbolístico. «La verdad es que estamos muy contentos por lo que se ha logrado. Comenzamos las actividades con unas 30 chicas. Con el paso del tiempo, se han ido sumando, y hoy, estamos hablando que se han duplicado la cantidad de niñas que integran lasdistintas categorías».
«Tenemos mini, premini, U-14 y U-16 en competencia. La idea es armar la división reserva y primera» comenta Sotomayor, que cuenta además en su equipo de trabajo con el profesor Diego Chávez.

Mientras en la cancha, las chicas de la Pre-Selección femenina de U-14, bajo las órdenes de María Marta Parsich, practican y se ponen a punto en su preparación con vistas al Argentino de la categoría, las chicas del club se juntan para las fotos luego de haber finalizado la jornada de entrenamientos.
En el equipo de calle Perú, hay chicas que practican basquet de muy pequeñas y otras, vienen de otras disciplinas. Incluso algunas fueron influenciadas por sus padres para meterse de lleno en el mundo de la bola naranja.
A los mates cebados por Lodi, se suma un cafecito que acerca a la mesa, Claudio Monteleone. El apellido suena en el ambiente basquetbolístico de mediados de los ’90. Ese el ex jugador que vistió la camiseta de Social Las Heras, equipo integrado por Sebastián Vida, los hermanos Herrada (Agustín y Facundo) entre otros y la dirección técnica de Tato Talquenca.
El mismo que fue llevado por José Leiton y Rafael Mascaró para sumarse a la lista de excelentes valores que supo tener el desaparecido Mercado Cooperativo de Guaymallén.
«Le transmitì mi pasión por el básquet a mi hija. Ella comenzó a jugar al hóchey. Pero yo le insistí tanto que lo cambió por el básquet y ahora es parte de esta gran familia como es Juventud Mendocina» expresa orgulloso y satisfecho, mientras su esposa lo observa y tomas algunas fotografías.
En el rectángulo de juego, sueña un silbato largo y estridente anunciando que la práctica finalizó. Las chicas de la presellección concluyeron su sesión de entrenamientos y la DT; María Marta Parsich, se suma a la charla.
«Estamos entrenando con las chicas en una preselección con miras al Torneo Argentino que se llevará a cabo en la segunda semana de setiembre en Río Tercero, Córdoba» comenzó explicando María Marta.
«Ya hicimos el primer corte de jugadores. Estamos entrenando duro para poder conformar un equipo competitivo y estar a la altura del torneo» explicó la conductora.
Algunas de la gran cantidad de chicas comienzan a armar sus bolsos y mochilas para darle punto y final a las actividades. A otras, les quedan energías suficientes para continuar practicando en la cancha.
Entre saludos de despedida, se acerca una mamá junto a su hija y dice:»es muy importante la función que cumple el club. No sòlo en el desarrollo deportivo que reciben las chicas, sino también en lo social y humano».
«Yo soy docente de educación media y conozco de cerca la difícil situación social que tienen muchos adolescentes en la actualidad. Por eso, como padres nos da tranquilidad que nuestros hijos vengan a un club y estén seguros» dijo Miriam.

El silencio va ganando su espacio y se mezcla con la quietud de la noche. Los elementos de trabajo ya fueron ordenados en su lugar hasta el próximo entrenamiento.
Los reflectores se van apagando uno por uno hasta darle paso a la luna para que a través de su luz, ilumine toda la noche las baldosas de la cancha de básquet.
El club volvió a renacer gracias un grupo de entusiastas que dedican gran parte de sus vidas a una pasión llamada básquet.
Hasta mañana, hasta el próximo entrenamiento chicas.
Juventud, divino tesoro.