El inmortal

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Foto: Gentileza (Internet).
Ginóbili y sus últimas funciones con la albiceleste.

A punto de cumplir 39 años, Emanuel Ginóbili disputará su cuarto Juego Olímpico. Su presencia será clave para apuntalar el recambio.

A esta altura, el mejor jugador del básquetbol nacional parece inmortal. Desafiando el paso del tiempo (el próximo 28 de julio cumplirá 39 años), con el fuego interior intacto, con su lucidez a pleno y después de cuatro años de ausencia , “Manu” se colocará la celeste y blanca para afrontar los Juegos Olímpicos con la selección, el cuarto en su rica e inigualable trayectoria. Y el domingo 7 de agosto, cuando la “naranja” se eleve al aire, seguramente el bahiense será el principal depositario de millones de esperanzas que alimentarán sus sueños en lo que él pueda dar dentro del rectángulo.

Porque, si bien el básquetbol es un juego eminentemente colectivo, muchos esperarán (como él nos acostumbró) las proezas del cuatro veces campeón de la NBA, en la más que complicada misión de acercar nuevamente a la selección Argentina a lo más alto posible.

Ginóbili, uno de los principales íconos del deporte nacional de todos los tiempos, es consciente de que “algo” le puede dar aún a la selección, pese a lo alto de su veteranía deportiva. Aunque él mismo, desde su blog y su autoexigencia, se encarga bromear al respecto: “Después de un mes de inactividad me siento un desastre y un viejo choto”.

En un plantel que sufre la partida, por goteo, de varios de los integrantes de la “Generación Dorada”, la presencia del escolta es imprescindible. No tanto para cargarse el equipo al hombro o para hacer algún malabar que le permita al equipo ganar un juego, sino más bien que su presencia permitirá el equilibrio necesario en un equipo donde más de la mitad es recambio. Si se repasa la plantilla, además de él, de aquella exitosa camada sólo sobreviven Luis Scola, Andrés Nocioni y Carlos Delfino (incorporado a último momento y de quien falta su confirmación entre los 12). El resto son valores nuevos, con méritos y condiciones sobradas, pero que sí o sí necesitan que los líderes los apuntalen para que saquen lo mejor de sí.

Por eso, la presencia de Manu (quien ya acordó su 15ª temporada sucesiva con San Antonio Spurs de la NBA) es clave en una selección que se encuentra en plena etapa de renovación. Su presencia no sólo acompañará sino también apuntalará el nuevo proceso desde su interior mismo y, por supuesto, irá por todo a Río de Janeiro.

La última vez que Ginóbili vistió la celeste y blanca, fue en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, cuando Argentina perdió la chance del bronce frente a Rusia por 81 a 77. Esa noche Manu fue el goleador albiceleste con 21 puntos. Luego, había confirmado su participación en el Mundial España 2014, pero una lesión lo dejó fuera del plantel cuando arrancaron las prácticas.

Con la camiseta nacional el bahiense, que en Río jugará su torneo oficial número 13, ganó la medalla de oro en Atenas 2004 y la de bronce en Beijing 2008. También fue subcampeón en el Mundial de Indianápolis 2002 y se ubicó cuarto en Japón 2006. Sus números indican que jugó 98 partidos, en los cuales sumó 1.498 puntos (15,2 puntos de promedio por partido).

Río 2016 serán las últimas pinceladas de talento, del gran “Gino” en la albiceleste.

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