SUPERLIGA. El basquetbolista rivadaviense, hoy jugador de Israelita Macabi, no escondió su deseo de volver a vestir la camiseta Naranja en algún momento, aunque hoy su prioridad sigue siendo el estudio.
“Estoy llevando bastante bien la cuarentena. Me instalé en Rivadavia, en la casa de mis padres, por una cuestión de espacio y comodidad. Me mantengo ocupado como puedo, con mucha tarea de la facultad y tomando los recaudos necesarios en esta pandemia”, expresó Andrés Llaver, en diálogo con el programa radial Antes de ver el sol.
Si bien su gran talento gira en torno a una pelota de básquet, siempre aclaró que es un apasionado del fútbol e hincha fanático de Boca. “De las peores cosas que me han pasado en esta cuarentena, es estar tanto tiempo sin ver fútbol (risas). Obviamente el básquet también se lo extraña y mucho, lo que pasa es que uno cuando lleva tanto tiempo jugando, ya se convierte en una rutina”.
El base, que actualmente es jugador de Israelita Macabi, comentó cuál es su situación contractual. “Habíamos arreglado un préstamo de un año entre Macabi y Rivadavia, es decir, mi contrato es hasta junio de este año. Después de junio, la verdad que no tenía en claro qué iba a hacer. Imagino que continuar viviendo en el Gran Mendoza, sobre todo por un tema de comodidad. Ahora con todo lo que ha sucedido, no puedo saber cómo seguirá lo del préstamo y si habrá básquet o no este año”.
Ante la consulta si volverá a vestir la camiseta de Rivadavia en algún momento, fue muy sincero: “Todos saben que me encantaría volver a jugar en Rivadavia algún día. Pero es lo mismo que siempre digo, trato de mirar un futuro cercano, no pensar en muchos años, hoy tengo una prioridad que es el estudio. Pero por supuesto que me gustaría, sobre todo jugar otra Liga con el Naranja. Se extraña mucho”.
Finalmente se le preguntó por las posibilidades que tuvo de jugar Liga Nacional y que en su momento no aceptó: “Tuve varias propuestas de jugar en Liga Nacional. Pero siempre hubo objetivos claros y prioridades en mi cabeza. Nunca me vi como un jugador profesional de básquet. Hoy me queda el gustito de no haber probado suerte, pero pensé que me iba a alejar demasiado de mi carrera (Ingeniería Civil). Queda esa sensación rara de qué podría haber pasado si me iba, pero no me arrepiento de la decisión que tomé”, concluyó.