La carta de Juan a los Reyes Magos

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«Solo pido ir a ver un partido con mi padre» FOTO: REVISTA HOLA (ESPAÑA)

Con la pluma de nuestro de periodista y amigo Daniel Ferrari, continuamos con la publicación de cuentos. Nuestro rincón “Salto Literario”, saltó al parquet una vez más.  A disfrutarlo…

Juan llegaba a su casa luego de pasar unas horas en el club tras el entrenamiento de los mini. Acompañado por el chofer de la familia y en el lujoso coche que hace sólo una semana es propiedad de los Garmendia. Entró a la gran mansión y el silencio era tan grande como la dimensión de la propiedad. Sólo algún débil ruido, de vez en cuando, efectuado por la señora que realiza las tareas domésticas, rompía la monotonía de la apacible tarde.
Sus progenitores no estaban en casa. Cada uno en sus obligaciones laborales. Su padre es un importante empresario del rubro automotor y su madre, diseñadora de moda de una afamada marca internacional.

FOTO: GENTILEZA

El niño ingresó a su habitación y luego de cambiarse con el nuevo traje de baño que su madre le trajo de Miami, bajó a la pileta para refrescarse. Estuvo unos cuántos minutos. Salió, se secó con el gran toalla aterciopelada proveniente de la India. Luego se dirigió al gran salón comedor para tomar la media tarde y de paso ver algo de tele. Encendió el plasma de 55 pulgadas mientras la mucama le servía una gran taza de leche chocolatada, galletas, dulces, jugo de manzana que reposaban en una gran bandeja de plata con ribetes de oro.
En la tele observó unos minutos del juego de los Spurs de la noche anterior para luego tomar el video juego y comenzar a buscar la solución para combatir el aburrimiento y la soledad.

FOTO: GENTILEZA

Nada lo contentaba. No tenía apetito y Teresa retiró la bandeja de la gran mesa de roble casi con los mismos elementos con los cuáles llegó minutos atrás.
Juan subió a su cuarto y buscó entre el gran placard repleto de juguetes y aparatos de última tecnología. Revolvió los dos metros de largo y cuatro de profundo de este gran baúl y allá por el fondo descansaba la patineta a batería, que su padre le había comprado en uno de los últimos viajes a China.
El sofisticado aparato le sirvió un par de minutos para pasar el rato y enseguida buscó un nuevo destino de diversión. Antes de tomar en sus manos, la play station, siguió lentamente con su mirada la cantidad de juguetes que poseía, los cuáles se dejaban ver a través de las puertas abiertas del gran mueble. Al dejar la habitación y de camino nuevamente al inmenso salón, a través del gran ventanal, Juan pudo disfrutar los últimos rayos de sol antes de darle paso a la luna. Se sentó nuevamente frente al tele y el control remoto tomó protagonismo: sus dedos se accionaron sin interrupción en el comando cambiando de canal para no deternerse en ninguno.

Entre las rápidas imágenes que pasaban ante sus ojos, Teresa se le acercó y comentó: «Mañana vienen los Reyes Magos. Ya le escribiste la carta de lo que vas a pedir, Juan?. El niño respondió escuetamente…no. Sin embargo, en su cabeza le quedó grabado el comentario y salió rápidamente hacia la oficina de su padre. Allí tomó una hoja y con birome en mano comenzó a redactar la misiva destinada a Melchor, Gaspar y Baltazar.

FOTO: ABC (ESPAÑA)

«Queridos Reyes Magos, este año no voy a pedir regalos. Ustedes saben, la cantidad que tengo y muchos niños en el mundo no cuentan con este privilegio. En mi caso, voy a solicitar más abrazos, besos y compañía por parte de mis padres. Ellos casi nunca están en casa y cuando nos juntamos en el seno familiar, no logran disfrutar del momento y continúan conectados con sus actividades laborales. Por eso, Melchor seguro que vos tenés hijos y sabés lo importante que es para ellos compartir historias de vida. Me gustaría Gaspar que me concedieras disfrutar un partido de básquet junto a mi padre, que me lleve al juego y se quede luego del partido para compartir una gaseosa con el resto del equipo y cuerpo técnico. Que podamos ver juntos a Manu por la tele y me cuente anécdotas cuando él fue jugador. A vos Baltazar, que mi madre se haga un tiempo para contarme un cuento antes de ir a dormir, recibir el beso de las buenas noches y quedarme dormido en su falda mientras disfrutamos de una película.
Yo sé que no son cosas imposibles y me la pueden regalar. Antes de escribir la posdata, se escuchó una fuerte voz que venía de lejos. Era Teresa que le indicaba a Juan que la cena estaba servida.
PD: muchas gracias Reyes Magos y perdón si cometí errores de ortografía.

FOTO: EL DOCE TV

Juan plegó la hoja, la introdujo en el sobre y la cerró. Bajó a cenar y antes de bañarse, buscó un pequeño balde con agua que colocó en el patio. Al lado de la cubeta, colocó un par de zapatillas blancas impecables y el sobre con el remitente a nombre de Juan Garmendia.
Se bañó y antes de dormirse, observó el cielo lleno de estrellas. Su ilusión hizo que aquéllas tres juntas que adornan el gran paraíso azul, imaginara que son los Reyes que ya comenzaron a visitar cada uno de los destinos.
Ojalá Juan, como al igual que tantos chicos, reciba en su corazón y en su alma, el regalo que tanto necesita.
Hasta el próximo partido…