El entrenador Rodrigo Alvaro, tendrá en el 2017 un desafío muy grande. Será el DT de la primera femenino y masculino del Club General San Martín. El «cabezón» pasa más de 8 horas diarias en el club Pacífico. Se encariñó con la historíca institución de la calle Perú. Tras un breve descanso, recibió a SALTO INICIAL, y contó sus sensaciones y metas para el presente año.
Sin dudas, el apellido Alvaro es conocido por su vasta historia en el básquetbol mendocino. Arrancando por el gran «Tono» Alvaro, ex jugador y DT de Andes Talleres, Mercado, entre otros equipos y Selección Mendocina. Del emblemático «Tono», nacieron cuatro hijos que se dedicaron por completo al básquetbol. Es más, nacieron con una pelota de básquet bajo el brazo. Ahí, en calle Espejo, entre Chile y 25 de mayo, el domicilio de los Alvaro, siempre se respiró esta disciplina.
Se hablaba por ahí de otros deportes como fútbol, divididos entre hinchas de San Lorenzo y River y del Lobo mendocino. Pero, las cortinas, los lanzamientos, el pique, la defensa, fue un sello único. Israel, Rodrigo, Jordan y Lucas. Cuatro hermanos, que acompañaron al Tono por todos lados. Obvio, como papá, todos siguieron sus pasos. Por esta razón, en la actualidad, Israel y Rodrigo son entrenadores. Jordán está intacto y quiere tirar sus últimos cartuchos. Luquitas, el más chico, le dijo adiós al básquet porque se dedicó a su vida profesional.
Rodrigo «Cabezón» Alvaro, ex jugador y DT de Andes Talleres, durante años, emigró el año pasado a Pacífico. Arrancó con el equipo femenino de primera división y algunas categorías formativas. Su trabajo sedujo y mucho a los directivos de la institución. Se identificó con el club y día tras día, pasaba cada vez más tiempo en la «S». Tras el ascenso del equipo masculino de primera división a la A2 (hoy Nivel I) y el posterior alejamiento de Germán Sánchez (un símbolo del club) de la dirección técnica, sonó el teléfono de Rodrigo, y los directivos del club, el ofrecieron el cargo.
Primero, presentó un proyecto. El mismo fue aceptado y de inmediato, se convirtió en el entrenador del equipo mayor del masculino. Además del femenino. Habrá que repasar y mucho, para encontrar un entrenador que haya estado al frente del equipo de hombres y mujeres de la misma institución. Sin dudas, un «polifuncional». Como en Talleres, cuando arrancó con 10 jugadores en premini y en la actualida del club Matador, tiene una fuente inagotable de jugadores en categorías formativas. Su semilla prendió y hoy está dando sus frutos. «Hoy, mi casa es San Martín y dejaré la vida por este club. Estoy muy ilusionado», con estas palabras, arrancó la charla con Rodrigo, el nuevo entrenador de Pacífico.
– En lo personal, lindo desafío tomaste para este 2017. ¿Qué te sedujo para dirigir tanto el plantel masculino y femenino de un club histórico como General San Martín?
– Considero que tiene que ver con la madurez como entrenador. Pasa el tiempo y nos vamoss dando cuenta de muchas cosas. Y es obvio, que con el correr de los dos torneos uno va intensificando lo que siente. Sin embargo, realmente entiendo que se puede hacer con grandes grupos de trabajo y eso seguramente me va ayudar mucho. Me siento cómodo en el club. Me trataron muy bien desde que llegué. Estoy para que siga avanzando el básquet de Pacífico. Tiene que recuperar ese terreno que perdió. De este club, nacieron grandes jugadores y jugadores de Mendoza. Fue y será una cuna del básquetbol mendocino.
– En cuanto al masculino, ¿en qué momento de tu vida como entrenador te llega ésta oportunidad de volver a dirigir?
– La verdad es que no estaba en mis planes volver a dirigir. Sin embargo, se me abrió la oportunidad porque Germán Sánchez, quien le dio mucho al básquet de este club como jugador y entrenador, dio un paso al costado. Luego, de pensarlo, no lo dudé, quería darle una mano a Augusto Carignano y de volver a trabajar en un proceso que tiene como fin poner al club donde se merece. Siempre con sacrificio, trabajo y proyección. Además, hay que continuar con este proceso de foguear a los jugadores del club y que el semillero continúe creciendo.
– En cuanto al equipo femenino, volvieron las hermanas Rubia, ¿Era lo que le faltaba al plantel?
– Yo creo en el equipo, más allá de las hermanos Rubia que son grandes jugadoras. Apuesto en la madurez que ha logrado el plantel, bancándose un torneo que se desarmó a dos días del torneo. Sin dudas, la llegada de ellas, ha potenciado mucho al grupo. Seremos un equipo molesto. Le daremos dolores de cabeza a más de uno. Crecimos como conjunto y lo vamos a demostrar.
– Volviendo al masculino, con el regreso de Adrián Agri, ¿Pasa algo parecido al femenino? ¿Pensás en más refuerzos?
– Sin dudas. Al equipo le faltaba un toque de madurez, para ayudar a que Juan De Casas. Junto con el «Flaco» Agri serán guías para los más chicos. La presencia de Agri nos permitirá ser más ordenado en ataque. Tener otro estilo de juego. Un referente en la zona pintada. Además, le sacaremos mucho más provecho a cada uno de los jugadores que tenemos en el plantel. Sin dudas, me hubiese gustado sumar un pivot más y un alero. Quiero sumar a Maxi Herrera y Facundo Espinosa. A los dos jugadores los conozco y se lo que pueden aportar al equipo y como personas al grupo. En teoría, ambos jugadores, ya estarían por sumarse al club.
– A nivel resultados deportivos, ¿cuáles son los objetivos que tenés en ambos planteles?
– Con el masculino, por ahora, mantener la categoría. Haciendonos fuertes y asegurar la permanencia, nos llevará a pelear y soñar arriba. En el femenino, tratar de clasificar y jugar un play offs. A partir de esa instancia, todos sabemos que puede pasar cualquier cosa. Maipú demostró un evolución notable el año pasado.
Pasó el «Cabezón» Alvaro por Salto Inicial. Sin dudas, el polifuncional del club Pacífico.