La Asociación de Técnicos y Entrenadores de Mendoza de Basquetbol sorprendió a todos este fin de semana con un comunicado muy fuerte en redes sociales. Si el período de hibernación ha finalizado y estamos en presencia de una reacción natural a las obligaciones que les compete a la asociación, en buena hora. Solo espero que no sea un simple bostezo anunciando un nuevo período de letargo.
Atemba emitió un comunicado en donde habla de irregularidades. No solo se queda en comunicarlas, sino además las enumera: atraso en el pago por parte de FBPM de la última revalida; entrega de carnets provisorios a técnicos, venta de niveles a técnicos, anomalías en la toma de los exámenes a aspirantes a técnicos, etc.
Hace muchos años atrás comenzó esta utopía de agrupar a los entrenadores de Mendoza. Sindicato, asociación, agrupación, o como deseen llamarlo termina siendo lo menos importante, ya que la misión de trabajar juntos se torna casi imposible, con la particularidad que somos los que pasamos horas y horas de entrenamiento, tratando de inculcarles a nuestros dirigidos de la importancia del trabajo en equipo, pero a la hora de educar con el ejemplo aparecen las miserias humanas y es así que nos encontramos con arreglos, traiciones, ventajas, amiguismos, changarines (toman a esta profesión como una changa) y demás hierbas…
Quizás en estas características enunciadas, podemos entender la falta de acción de la asociación en temas que tienen directamente que ver con la defensa del trabajo e igualdad de oportunidades.
Con respecto a la defensa del trabajo, puedo mencionar la inacción ante el nombramiento de técnicos que no tienen su carnet habilitante o reválida correspondiente y dirigen igual, o en la situación cuando un club cambia a un técnico, por la razón que sea, y comienza a trabajar uno nuevo sin haberle cancelado lo adeudado por el trabajo ya realizado al anterior. En cuanto a los seleccionados, veo que no hay ninguna participación de Atemba en la elección de los entrenadores y sus cuerpos técnicos, como tampoco en el control de las garantías para que los entrenadores elegidos por la federación puedan desarrollar bien su trabajo, hablo de cosas elementales como una cantidad necesarias de pelotas buenas, una cancha en condiciones para entrenamiento, elementos para poder desarrollar los ejercicios, y fundamentalmente, la autorización de los clubes para contar con los mejores jugadores.
Párrafo aparte, y no menos importante, la defensa de un sueldo digno que no termine en promesa y que sea de cobro efectivo, más allá del resultado deportivo, ya que la evaluación de los técnicos radica en sus procesos de enseñanza y no, solamente, en el puesto que termino su equipo.
En cuanto a la igualdad de oportunidades, y siguiendo la línea del caso de los seleccionados, veo una falta de transparencia y competencia interna entre todos los entrenadores. Creo q ante la posibilidad de participar en un torneo nacional, las asociación debería informar a sus asociados la fecha del competencia y preguntarles quienes se sienten capacitados de tomar esa responsabilidad y mediante la presentación de un plan de trabajo y carpeta de antecedentes, evaluarlos y fundamentar la elección para que cada entrenador que no es elegido, sepa que tiene que mejorar para una próxima convocatoria. Y una vez hecha esta selección, presentarles distintas opciones a la federación para que ellos elijan de estas recomendaciones.
Lo mismo pasa con los programas especiales como los de tecnificación, altura, torneos provinciales, etc. Nunca se enteran todos los entrenadores, que son más de doscientos, y siempre terminan trabajando un grupo muy reducidos de ellos.
El otro tema tabú que nadie quiere hablar, pero que todos comentan por lo bajo, es la famosa nivelación. Debemos ser la provincia con menos equipos en torneos nacionales y con mayor número de carnets de nivel tres. Por eso, aprovechando que para la Federación va a trabajar durante un año, una persona que es referente para los entrenadores de todo el país, sería bueno que la próxima reválida que se haga en la provincia se nos evalue a cada uno de los entrenadores, y que no se les de la reválida por aprobada por la sola presencia en los módulos, ya que parecería que todo es un mero acto comercial, donde prácticamente, pagás el derecho a dirigir por un año sin tener que demostrar a nadie si fuiste realmente a capacitarte o solo a cumplir con un acto presencial.
En fin, hay mucha tela para cortar y poco sastre para confeccionar, como dice el dicho. La nota no busca encontrar culpables, solo marcar algunas de las cosas que pasan y que no son justas. Es indudable que si las cosas están como están, es por la poca participación y compromiso de nosotros los entrenadores, que solo nos acordamos de la inoperancia de ATEMBA cuando nos vemos perjudicados por alguna razón, pero a la hora de involucrarnos y construir no aparecemos, y entonces las cosas terminan manejadas por un porcentaje mínimo de técnicos. Y como ejemplo de lo que digo, basta con ir a ver la última elección de autoridades, ya que de los ciento cuarenta y siete entrenadores que hicieron la última revalida, al acto eleccionario solo concurrieron unos veinte, lo que se desprenden dos hipótesis: la primera, que la falta de compromiso es notoria y la segunda, que quizás la única lista que se armó no sea representativa de la mayoría de los directores técnicos.
De todas maneras, cualquiera de las dos razones habla muy mal de todos los que pretendemos formar deportistas, ya que la única manera de cambiar las cosas y crecer es no escondiéndose y participar.
Y en cuanto a la comisión directiva de ATEMBA, creo que no están cumpliendo con el mandato que tienen y que es velar por la igualdad de oportunidades de trabajo, las condiciones dignas de las mismas y la de revertir la falta de representatividad que hoy tiene. Y la forma de hacerlo es acercándose a los técnicos para ayudar a resolver los problemas que tienen cada uno de ellos en sus ámbitos de trabajo y poder desarrollar la profesión dignamente.
Por último, como dice una frase muy usada en política y muy pocas veces ejecutadas:
¡ATEMBA SOMOS TODOS!